Paso 1:
Durante las siguientes 24hs. solo diga cosas positivas y de esperanza sobre su trabajo, su salud, su familia y su futuro, sea optimista, absténgase de ser negativo, no importa lo difícil que parezca la situación, luego hágalo durante una semana completa.
Paso 2:
Alimente su mente mientras alimenta su cuerpo. Comience cambiando su mente de negativo a positivo, leyendo libros y revistas motivadoras, escuchando audios; esto significa que aleje su atención de historias y noticias sensacionalistas. Lea la biblia y ponga atención las veces que la fe y la esperanza se mencionan. Consiga biografías de hombres y mujeres que han logrado el éxito superando obstáculos enormes, note cómo lo hicieron y verá que es el pensamiento positivo lo que marcó la diferencia.
Paso 3:
Haga una lista de los amigos con quién pasa mucho tiempo y ponga una marca a aquellos que son pensadores positivos, deliberadamente pase con ellos con mayor frecuencia; no abandone a los negativos, adopte los pensamientos de los positivos y trate de influenciar en ellos.
Paso 4:
Evite discusiones a toda costa, cuando escuche algo negativo, rebátalo con una opinión positiva, si alguien no está de acuerdo con usted, déjelo, no empiece una pelea por nada, deje que la armonía ilumine sus días en vez de polémicas negativas.
Paso 5:
Rezar y meditar mucho, con gratitud por las cosas maravillosas que el creador le ha dado, cuando menos por la habilidad de encontrar lo bueno en cada situación. El pensamiento positivo es sinónimo de fe, si tiene fe en alguien más grande que usted, no puede ser más que positivo, porque sabe que siempre está allí para ayudarlo con lo que la vida le presente.
Francisco Van Landeghem & Lorena Villalba 